27 noviembre 2007

SODA: no puristas, absténganse de recordar…

Por Ying-Yang Harry

Todo fue expectativa desde el comienzo de ese 15 de noviembre: el viaje desde Morelia, la línea 1 del metro defeño atascada, caminar y caminar por metro Tacubaya para el transborde, la llegada a metro Velódromo, el peregrinar hasta la puerta 5 del Foro Sol y de ahí, esperar todavía un poco más, ahora relajado por la primera de tantas cervezas de la noche.

SODA (así, con mayúsculas y con respeto) hizo hasta lo imposible por crear atmósfera: de un concierto planeado para comenzar a las 9.00pm las largas filas de acceso lo demoraron hasta las 10.45, un avión sobrevolaba el oriente de la “ciudad de la furia mexicana” cuando todas las luces se apagaron y dieron paso a los primeros acordes de “Juegos de Seducción”… las casi 50,000 almas que para ese momento ya casi abarrotaban el Foro se entregaron desde el inicio… Gustavo en la guitarra gritaría “Hola, chilangos” al terminar la primera melodía, y a nadie le importó que el lugar estuviera plagado de gente de todo el centro del país, todos fuimos chilangos (yo ya lo soy, a mucha honra), todos fuimos testigos de un reencuentro que para muchos no es más que mera mercadotecnia y ganas de los 3 de Buenos Aires de llenarse los bolsillos, cosa que nuevamente a nadie le importó, SODA tocaba de nuevo, juntos.

Telekinesis, Fue, Hombre al Agua, Zoom, Prófugos, Signos… una a una las canciones iban acrecentando el deseo de todos por escuchar “esa”, la canción que en cada particular visión de dicho evento era la que se llevaría la noche, la que valdría la pena el boleto; en mi caso fueron todas y cada una de las melodías de un concierto que estaba destinado al fan de SODA, al que los escuchó, en su tiempo o después como en mi caso, desde “Canción Animal”, su primer disco, fuera del recital se quedaron grandes como Planeador, Té para Tres o La Cúpula, y una vez más, a nadie le importó.

Casi al final de “Cuando pase el Temblor” Gustavo dedicaría la canción a los tabasqueños, detalle que el foro aceptaría rugiendo, y obviedad para un grupo que fincó su éxito arrollador de los 80´s y 90´s en nuestro país, aunque para los puristas sea una realidad que su pueblo argentino o los chilenos serían quienes los elevarían al status de íconos y puntas de lanza de ese maremoto musical que fue el rock en español de esas épocas.

Esta vez no hubo “gracias totales”, aunque si hubo una Persiana Americana que ya los casi 80,000 espectadores a ese momento vitorearon y corearon hasta el frenesí, el cual se dejaba ver en la gente a mi alrededor y en las 4 pantallas gigantes fieles reproductoras de la euforia en todos los puntos del lugar. El cierre le correspondería esta vez a Nada Personal, un himno mayor que cualquier otro, una canción transformada en estatuto: “SODA no se va” gritaban al compás los fanáticos… y SODA nunca se fue, SODA nunca se irá, sin importar que el abrazo entre Gustavo, Charlie y Zeta fuera demasiado diplomático, sin importar que, por orgullo, sea quizá este el único reencuentro que protagonicen, sin importar que el Sr. Cerati Clark sonifique (sí, así, de soniquear) nuestro oídos con más propuestas musicales de su propia invención, y que siempre serán aplaudidas por su servidor, sin importar el cínico marketing de un evento de nostalgia y de nuevas generaciones que escucharon por primera vez al trío cuando ya estos se habían separado…

SODA nunca se irá… sonará Persiana en las gargantas de aquellos que la usan como catapulta a sus carreras sin inventiva, sonará Cuando Pase… en los instrumentos de aquellas bandas de bar que saben que esa canción siempre será coreada, sonará Ciudad… en su versión unplugged en los cabarets donde alguien tenga la buena idea de cumplir las fantasías de más de un náufrago de los 80´s, sonará Secuencia Inicial en el estéreo de mi coche cada vez que un nuevo proyecto surja y gritaré siempre a todo pulmón ese coro magnífico que reza “Mójate los labios, y sueña”…

SODA sonará siempre porque, sin miedo al cliché, ese gran trío de pibes hizo una época, y seguirá creándola, con su grito de guerra, con sus temblores, con sus signos, con su ciudad de la furia, sus planeadores y sus hombres al agua…

…seguirá haciendo época simplemente por ser SODA, y eso nadie se los quitará, nunca…

Ying-Yang Harry
pandasonico@hotmail.com

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