15 noviembre 2007

Por las rutas del silencio

Por: Evelio Garcia

Existe un lugar donde lo real se confunde con lo maravilloso, donde las historias se funden con los mitos y leyendas, donde la soledad nunca ha estado tan acompañada, donde el silencio es la fuerza de la palabra, y las palabras pierden fuerza ante el nacimiento del susurro, donde la vida se mezcla con la muerte , donde la muerte nunca ha tenido tanta vida, ese lugar existe, es un sitio de culto a la muerte, y esta en La Habana Cuba.

El Cementerio Colón, nombrado así en memoria al navegante, Cristóbal Colón, es un sitio de 56 hectáreas de extensión, siendo este el más grande de América, con exquisitos monumentos esculturales, haciendo que la arquitectura se funda con la belleza, la luz da vida a los vitrales, las esculturas son una réplica de obras de arte, y los panteones se engrandecen como las mismas casas coloniales. Bajo un cielo azul y brillante sol tropical, resplandecen las lapidas esculpidas de mármol de carrara, granito y pizarra, y desde las entrañas de la tierra se alzan los frondoso árboles y palmas reales, abrigando bajos sus sombra el descansar de los difuntos en sus lechos envuelto en un velo de paz celestial y la suave brisa del lugar al compás de la melodía del canto de la aves.



El Cementerio Colón es uno de los más grandes monumentos de los vivos para sus muertos. Fue en la mañana de el 30 de octubre de 1871 cuando se colocó la primera piedra de lo que es hoy uno de los cementerios más famos os del mundo , La Necrópolis Cristóbal Colón.

A través de estas páginas recorreremos juntos unos de los sitios mas venerados por los cubanos y admirado por los foráneos, un lugar donde reposan los restos de muchas personalidades de la cultura , el arte, la política y gente de pueblo, un lugar donde su riqueza cultural es tan grande como la arquitectónica, conocerán mitos, leyendas , historias de amor y pasión, todos entrelazándose con la magia y encanto del lugar.

Entre sus muchos mitos, historias y leyendas, se encuentra la galería Tobías, que fue la primera obra terminada y guarda los restos de su proyectista quien muriera en le año que comenzaron las obras , o el monumento a los gloriosos bomberos, la tumba del dominó, tumbas egipcias, o la de Eugenio Casimiro que es el único enterrado de pie. Pero entre muchas otras les contaremos hoy de la mas famosas de todas, La Milagrosa, siendo esta la mas visitadas de la Necrópolis de Colón.

La Milagrosa, es el máximo exponente de amor , esperanza, frustraciones y resignación, donde se mezclan la historia con leyendas y mitos, destacándose por sus cánticos de esperanza, esta leyenda que tiene sus orígenes a los inicios de siglo, es la más venerada, encontrándose siempre bañada de frescas flores y rodeada de sus devotos, demostrándole así el cariño, respeto y confianza que el pueblo le tiene a La Milagrosa.

El sepulcro que pertenece a Amelia Goyri, dama de la alta sociedad de la habana conocida como La Milagrosa después de su muerte, quien falleciera un 30 de mayo de 1903 a la edad de 23 años ,como consecuencia de un parto donde lamentablemente la criatura tampoco sobrevivió.

Cuenta la historia que el padre de Amalia en contra de el noviazgo de ella con el joven Vicente Adot y Rabell, la pareja no tuvo otra opción que esperar hasta la muerte de el padre de Amalia para poder efectuar su matrimonio, un año mas tarde de su casamiento muere Amalia a consecuencia del parto siendo sepultada con su criatura entre sus piernas. La tumba la cual era visitada a diario por el inconsolable viudo, José Vicente Adot, llevándole este flores frescas jornada tras jornada durante años, Adot cuando llegaba al encuentro con su amada y su hijo, cuya muerte nunca aceptó y considerando que Amalia solo estaba dormida y por lo cual la despertaba con tres toque con las argollas en una especie de señal secreta de complicidad entre esposos, avisándole q estaba presente y entablaba una conversación con su amada.

Al llegar la fecha de exhumación de los restos, se comprobó que los cuerpos estaban intact os y para asombro de todos los presentes, Amelia estrechaba a su criatura entre sus brazos con pasión maternal, por lo que se tapió nuevamente la bóveda convirtiéndose intocable hasta nuestros días.

Esta leyenda sirvió de inspiración al escultor Cubano José Vilalta Saavedra, quien en 1914 realizo una escultura de tamaño natural con hermoso mármol de carrara, donde representa la figura de una joven mujer mirando hacia el cielo, estrechando en uno de sus brazos a una criatura y el derecho apoyado en una cruz latina, dando símbolo de fidelidad sacrificio y amor.

Esta historia al ser divulgada por los Habaneros creó un ritual popular erigido en torno a La Milagrosa, nació de la observación del comportamiento del esposo de Amelia Goyri ante la tumba de su amada que se enriqueció hoy en día con fieles de sus devotos. A la ceremonia anterior se le añadió el gesto de tocar la imagen, hablarle y luego , en actitud de respeto, pasar detrás de ella, sin darle nunca la espalda al retirarse por el otro lateral. Este es un sitio donde se acude a pedir salud, protección, esperanzas para los hijos, depositando ofrendas de frescas flores por los deseos cumplidos y por cumplir.

En esta extensa área de la Necrópolis, donde la vegetación se confunde con las esculturas y los vivos acuden a conversar con sus muertos, donde el recuerdo recobra vida y la vida no lleva prisa contagiando a aquellos que se invitan a conocer la belleza de esta historia de la ciudad de los muertos.

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