06 julio 2010

Oh! Yantay

Por: Paola Arenas

El rescate de las tradiciones en medio de la globalización se vuelve cada día más una necesidad latente; así, algunos artistas escénicos peruanos de la mano de Walter Ventosilla se reúnen para conformar el montaje Oh! Yantay, una adaptación de Ventosilla de la considerada primera representación del Perú prehispánico: Ollantay, nombre de un guerrero que se enamora de la hija del inca, la princesa Cusi Coyllur, desatando la ira del emperador y quince años de guerra cruel y despiadada.

Este montaje de corte infantil tiene convenciones interesantes, provocando que todos los actores interpreten a todos los personajes, cambiando simplemente elementos de vestuario y construyendo cada personaje con una característica corporal muy específica (uno era cojo, otro encorvado, etc.). Aunque este hecho nunca llegó a confundir a la audiencia o a provocar que se perdiera el hilo conductor de la trama, en un principio no fue muy claro el propósito del mismo.

El énfasis de la producción estuvo en el vestuario, mostrando con él la tradición y símbolos incas, así como abriendo una ventana hacia esta cultura; en un esfuerzo por no perder su identidad en una ciudad tan globalizada como Nueva York.

El elenco estuvo conformado por actores peruanos radicados en esta ciudad y una americana nativa, quienes dan su mejor esfuerzo por conservar las raíces de su pueblo, sin embargo, en ciertos actores es notorio el acento americano y la dificultad para pronunciar ciertos sonidos propios de la lengua española.

Esta propuesta enamoró a los niños que dentro de la historia sintieron empatía sobre todo con los patiños que hacían reír sobremanera con sus gestos y bromas a un auditorio lleno hasta los pasillos y que al final brindó un gran aplauso a este esfuerzo inca.

TeatroStageFest tuvo un segundo lleno y buena aceptación de la comunidad hispana en este montaje, reafirmando la labor que lleva ya cuatro ediciones de este esfuerzo.

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