11 septiembre 2008

Petróleo Sangriento - Realidad o ficcion


Petróleo Sangriento - Realidad o ficción
Por: Luis De la Torre.
Celebramos este en este mes el llamado “mes patrio”, Ajúa…. Que viva el pozole, el tequila y también que Viva México! ... de paso. Y digo de paso, porque en este mes lo menos que nos importa es nuestro maltrecho y desolado país, un país que no termina de madurar (me pregunto si habrá nacido todavía) desde su independencia, un país lleno de héroes falsos, de sumisión cultural y social inmerecida, de revolucionarios de juguete y de una gloriosa y escondida historia antigua, que nuestros conquistadores, sobre todo en el terreno de la fe, se encargaron de destruir por miedos estúpidos y retrogradas, casi cavernícolas.
Y bien, en medio de estas “fiestas patrias” en donde abunda el patrioterismo, ese que canturrea: “si se puede… si se puede” cuando juega la selección, ese que llena las calles de chillantes colores y horrendos adornos “muy mexicanos”, ese que deja las calles atascadas de basura después de los festejos, en este preciso mes también celebramos, la llegada a los videoclubes de una de las más grandes películas que ha dado el cine gringo últimamente. Se trata de la extraordinaria épica moderna Petróleo sangriento (There Will Be Blood, USA 2007), tal pareciera que el talentoso  director P.T. Anderson quisiera dar una bofetada con un finísimo guante de seda blanca, a todos los que se preocupan por el “oro negro”, la base de la riqueza de muchos países, y desgraciadamente el origen de la guerra entre otros, en medio de esta encarnizada lucha entre los que quieren y los que no la reforma energética en nuestro país, ésta película parece decir: déjense de estupideces, y busquen un recurso que al menos no sea la base principal de la contaminación mundial, y lo que nos tiene al borde de la extinción como raza humana. Obviamente esta película no trata de los problemas de contaminación provocados por el petróleo ni mucho menos, y tampoco trata de satanizar la explotación de este hidrocarburo natural, ya que a base del petróleo esta hecho casi todo lo que nos rodea, entre ellas el celuloide de las cintas cinematográficas y el polímero plástico del cual están hechas las teclas y la computadora en la cual escribo estas líneas, lo que si hace y de manera brutal y a la vez magistral, con una crudeza tal que nos hace voltear a todos los países y situaciones involucradas en luchas y pugnas petroleras, es reflexionar acerca de lo que los seres humanos estamos dispuestos a hacer  por el poder, en este caso por el control de pozos petroleros en la llamada fiebre del oro negro en el sur estadounidense, en ese Texas del cual nos despojaron con permiso explícito (pero ese es otro tema). Con dos portentosas actuaciones, una del joven actor Paul Dano, que se echa un mano a mano bastante digno con el que a mi punto de vista es el mejor actor vivo en la actualidad, Daniel Day-Lewis, la historia ligeramente basada en la novela del escritor estadounidense Upton Sinclair Petróleo! (1927), nos cuenta las vicisitudes y el crecimiento económico del magnate petrolero Daniel Plainview, quien por casualidad descubre un pozo petrolero cuando está en busca de oro en sus terrenos, este hallazgo le hará comenzar un camino sin retorno hacia la ambición, la frialdad con la que pasa por sobre todo y todos para alcanzar el absoluto poder de la industria, y principalmente, repitiendo lo dicho, lo que un ser humano con cierta dignidad está dispuesto a hacer para obtener lo que quiere, ultrajar, explotar, rebajarse en sus convicciones (si es que tiene alguna relacionada con la moralidad) y hasta matar a sangre fría sin ningún remordimiento, todo esto en el marco del poder, llegar hasta el extremo de la inhumanidad, dejando un camino de explotación en donde había prometido progreso (les suena a alguna situación particular), despreciando casi todo contacto con lo que lo involucre con algún sentimiento de afecto hacia los demás, todo en con tal de ser el controlador de susodicho y melcochoso líquido negro.  Así pues, Paul Thomas Anderson, P.T. para los cuates, nos entrega esta increíble película, con una trama atemporal y bastante adaptable a cualquier tiempo, con un guion magistral y unas actuaciones sorprendentes para hacernos pensar un poco a cerca de los que nos mueve como seres humanos, y lo que indudablemente mueve los intereses de países enteros, con ambiciones imperialistas, con recursos económicos petroleros inmiscuidos en decisiones importantes, tales como sus elecciones presidenciales,  y sobre todo, lo que el control por este importante hidrocarburo puede hacer con la gente que lo explota y sobre todo que lo desea. Creo yo, es una película que se antoja para todos (sobre todo los políticos, aunque les valdría gorro la reflexión) los que están detrás de todas las empresas explotadoras, y para nosotros  que bien podríamos reflexionar acerca del tema tan traído y tan llevado de la reforma, y pudiéramos entender que mas allá de un recurso natural que tarde que temprano se terminará, deberíamos explotar nuestro recurso más preciado e inagotable, nuestro intelecto, para buscar alternativas mejores para todos los seres humanos.  Así pues, les imploro que no pierdan esta joyita, que aunque no es mexicana, si trata temas muy universales y actuales para nuestra situación. Pero en fin, qué más da el tema del petróleo si juega la selección… ¿no…? ¡Viva México Cabrones…! 



1 comentario:

Anónimo dijo...

poca madre peli... tienes razon luison...