08 mayo 2008

Homenaje a Astor Piazzolla

Por: Tita B.G.

Una noche de primavera en el Teatro Manuel Doblado fue suficiente para ir mas allá del calor que producía cada acorde, fue un viaje directo a un verano por Puerto Madero, una caminata de otoño a la luz de Corrientes o una tarde de invierno a orillas de la Plata. Fueron cuatro estaciones porteñas que revivieron a Piazzolla en un homenaje. Era la Sinfónica Juvenil Silvestre Revueltas que vibraba en el inmueble a cada movimiento de la batuta del maestro Jesús Almanza, con las partituras del compositor argentino envueltas en sentimiento de cada uno de los músicos, instrumentos que se volvían cómplices, una guitarra que regalaba una caricia eterna al oído y un líder llamado bandoneón impulsaba al corazón a salirse en cada lamento que emitía, estos dos ejecutados de forma magistral por los artistas italianos Gianpaolo Bandini y Cesare Chicchiareta. 

Uno a uno los músicos se perdieron en el andar de un ritmo que camina con zapatos de melancolía, de encuentros y desencuentros con los recuerdos, de dureza y fragilidad, de libertad o como diría Astor de Libertango, convirtiendo a la música en una balada para todos los locos que nos encontrabamos ahí. Tan suaves como el movimiento del agua por el viento, pero
pero al mismo tiempo melancólicos, los quejidos del bandoneón, el rasgueo de la guitarra, fueron obligados a salir un par de veces más, aún cuando ya se había terminado el programa, a causa de una ovación de pie. Un exquisito silencio para escuchar de nuevo la maestría con la que interpretan los músicos, ahora sin la orquesta, solos, nos fuimos de viaje, una vez más.

No hay comentarios.: