Un señor de pelo cano llamado Armando Fuentes Aguirre, mejor conocido como CATON, quién presentaba “De las abuelitas, lo abuelitos y de los otros ángeles benditos” , un libro intimo, como lo define el autor, donde se presenta como él mismo. La forma de hablar de un señor que hace retumbar su voz en un espacio lleno de ávidos lectores no es lo más sorprendente, lo es la facilidad de arrancar una risa, un suspiro o robar un silencio.
La sala estaba llena de señores con ojos impacientes, esperando cualquier historia de un señor que dominaba su espacio, que contaba historias con seguridad, como la de un coronel y un capitán, que un día cualquiera le preguntaba el coronel porque no se persignaba frente a la iglesias cuando se topaba alguna en el camino, a lo que sabiamente responde dicho coronel “Estaba yo por preguntarle lo mismo capitán, pero al instante me pregunte, ¿Y a mi que chingados me importa?”.
Citando en repetidas ocasiones, San Agustín es un personaje que puede maravillar a este autor, especialmente por una frase donde define a las almas en el cielo como la música, aquello sublime que entra en nuestro cuerpo aún sin poder tocarlo. Catón firmó todos los libros que la gente le llevó y agradeció poder ser parte de esta feria y la oportunidad de estar frente al público leones que lo sigue.
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