Por: Beatriz Pérez.
Se denomina Mester de juglaría al conjunto de la poesía —épica o lírica— de representación popular propagada durante la Edad Media por los juglares, que eran quienes las cantaban o recitaban para entretenimiento de nobles, reyes y público en general.
En castellano se menciona por primera vez la palabra juglar en 1116, época en que aparecen los juglares en León. Según Ramón Menéndez Pidal en su estudio Poesía juglaresca y orígenes de las literaturas románicas, Madrid, 1957, la palabra juglar viene del latín jocularis, joculator, que significa 'bromista u hombre de chanzas'. Por su parte, la palabra mester viene de la palabra menester que procede del latín ministerium que significa minis terio que a su vez significa 'oficio'.
Mester significa oficio, por lo tanto Mester de Juglaría es el nombre que recibe el oficio propio de los juglares y también es la forma de componer y narrar historias los juglares, así como al conjunto de las obras que crearon.
Los juglares
En el siglo XII aparece en la Península la literatura en lengua vulgar. Era una literatura de transmisión oral, no se escribía y consistía principalmente en poemas que narraban personas por las plazas y castillos de los pueblos a cambio de comida, ropa o dinero.
Estas personas eran Los juglares.
Los juglares sabían hacer otras cosas además de contar historias. Había saltimbanquis, equilibristas, bailarines y músicos; su misión era entretener a la gente.
Había dos tipos de juglares: entre ellos los épicos, los cuales recitaban poesía narrativa, y por otro lado los juglares líricos, los que se dedicaban a cultivar la poesía sentimental
En la primera Edad Media (X,XI,XII y XIII) eran más numerosos los primeros; a partir de la segunda mitad del siglo XIII y en el XIV dominan más los líricos.
Los juglares eran unos personajes de humilde origen, cómicos ambulantes que se dedicaban, además, a ejercicios circenses, haciendo juegos malabares, actuando como volatines y saltimbanquis o como bufones que cuentan chistes o tañen instrumentos sencillos, o bailan y cantan representando piezas sencillas de mimo o títeres y, es lo que importa para la historia de la literatura, recitando versos que componían otros autores, llamados trovadores, bien en los lugares públicos (las plazas de los pueblos, sobre todo), bien en castillos de señores feudales por los cuales eran alojados; muchas veces se ayudaban con dibujos.
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